PENSAMIENTO
DE LOS NUEVOS Y VIEJOS MUNDISTAS.
Como también debo advertir que en este intento de explicar este sistema oracular, no desearía lograr la impresión de cierto proletismo teologico o pro hinduista, entendiéndose que este conocimiento en la actualidad es desconocido para muchos en la India misma, (tema que corrobore personalmente en mis viajes a India) y que por la dinámica de la
transculturización y de la avalancha
del pensamiento en pos de la occidentalidad, se ha relegado al recuerdo de
algunos ancianos vendantistas ortodoxos.
Los terminos que mencionaremos
provienen del Sanscrito, lengua extinta propia de los Vedas, las cuales
mostraremos un detenido glosario, como apéndice.
La gran diferencia dentro de las
concepciones fundamentales no solamente entre occidentales y orientales, sino
entre lo que se considera el nuevo mundo y el mundo antiguo, son sus
fundamentos Teológicos.
Para el “nuevo mundista” la
aproximación a la idea de Dios, es una conceptualización de un Ser Supremo esta arriba en el cielo,
ocioso, solitario, con el único oficio de vigilar nuestra conducta, cuyo deber
después de darse unas merecidas vacaciones casi eternas por el excesivo trabajo
que le llevo la creación del mundo, es castigarnos o recompensarnos por nuestra
acciones.
Sin embargo da muestras fehacientes
de que es un ser misericordioso, sin duda alguna, y las religiones derivadas
del judeo-cristianismo compiten entre ellas dando muestra de su gran
misericordia sin causa, para ganar adeptos, ofreciendo un cielo eterno que es
como una fotografía, donde la ociosidad es sin duda alguna la actividad asumida
como normal, teñida de sacralidad.
Pero el castigo es abajo en el
inframundo, una región subterránea llamada infierno, un lugar tenebroso,
oloroso a azufre, con pailas hirvientes, lleno de tizne y humo, con el bullicio
de los esténtores de los sufrientes mundanos, que estarán hospedados por una
eternidad, esos los infieles, debido al craso error de no ser devotos de Él.
El “nuevo mundista” considera que
dios es un objeto para su adoración, estando caracterizado con virtudes humanas
dentro de sus establecimientos culturales, que fácilmente son justificadas
dentro de los establecimientos geopolíticos, ideológicos y por ende culturales.
Para el pensamiento común vedico, o
viejo mundista, la Divinidad nos toma como objetos y Él es el sujeto digno de
ser adorado, donde no es de un sexo determinado, macho o hembra, es de ambos
sexos.
Es decir cuando se refieren a la
Divinidad, no se están refiriendo a Dios hombre o mujer, sino a la pareja
sagrada Dios-Diosa, alejándose del pensamiento machista, es un pensamiento
donde el rol de la Divinidad se encuentra más alla, de nuestros fundamentos.
Su omnipresencia y omnipenetrancia es
tangible, su omnipotencia es ilimitada y alberga que en nuestro libre albedrio
desarrollemos el amor puro hacia ellos.
Si somos hechos a imagen y semejanza
de Dios, las parejas dicotómicas, los
pares opuestos muestran su manifestación de manera absoluta. Dios es hombre y
diosa es mujer y cualquier cosa que observemos es un reflejo de esta particularidad Divina. El dia y la noche, lo activo y lo pasivo, lo
interno y lo externo, son muestras de la presencia Divina particularizada.
Siendo aquí precisamente donde se
muestra necesario profundizar en los conceptos Védicos, del Shankhya y
Tantricos.
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